domingo, 5 de septiembre de 2021

DINÁMICAS DE COHESIÓN DE GRUPO

 Cadena de nombres

La primera señal de respeto hacia una persona es nombrarla; por ese motivo, esta dinámica debe realizarse a principio de curso. 
El objetivo de la actividad es que los alumnos memoricen los nombres de sus compañeros asociándolo a un animal que comience por la misma vocal para que resulte más sencillo. 
Comienza la profesora (Patricia, pato) y continúa un alumno que debe decir lo que acaba de escuchar y el suyo. A continuación el siguiente deberá decir los dos anteriores y el suyo. La dinámica finalizará en el momento en que todos sepamos el nombre de los demás.

A continuación, que los digan desordenados. Podría ser con la canción "Pablo robó pan en la casa de San Juan"

La tela de araña 

Todos los alumnos se colocan en un corro. La profesora tiene un ovillo de lana o de hilo de bramante y se presenta diciendo su nombre y destacando algún aspecto de su personalidad o alguna afición. Después, agarrando el extremo del ovillo, lanza éste a uno de los alumnos que también se presenta, sosteniendo el hilo y lanzando de nuevo el ovillo. Al final, se habrá creado una telaraña y se destacará por parte de la profesora que todos somos importantes para sostenerla y que si uno de nosotros falla y suelta el hilo todo se deshace. Formamos un grupo en el que la colaboración de cada uno es necesaria. 

Nos conocemos mejor 

Mi mayor virtud y mi mayor defecto
Mi comida favorita, una comida que no me gusta
Soy bueno en, se me da fatal...
Mi afición favorita es...
Me gustaría ser de mayor...
Lo que más me gusta de los demás es...
Lo que menos me gusta de los demás es...

Confío en los demás 

Se pone un circuito por clase con sillas, mesas, etc. Un alumno tiene los ojos cerrados y otro lo guía. Realizar la actividad al revés. 

Similar pero esta vez hay un circuito hecho por las personas y el que tiene los ojos vendados debe seguir el camino que está marcado por una cuerda. 




COOPERAMOS CUANDO...

LOS GANSOS

Los alumnos que tienen sentido de comunidad pueden conseguir sus metas si unen sus esfuerzos y se apoyan mutuamente. Es importante que se turnen en la realización de las tareas más difíciles.
Una palabra de ánimo de un compañero es muy beneficiosa para aquel que se desanima o tiene la moral baja.


"El próximo  otoño, cuando veas los gansos dirigiéndose hacia el sur para pasar el invierno, fíjate que vuelan formando una V. Tal vez te interese saber lo que la ciencia ha descubierto acerca del porqué vuelan de esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro  bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él volando en V. La bandada completa aumenta por lo menos un 77 por ciento más de su poder que si cada pájaro volara solo. Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido  de comunidad pueden llegar donde deseen más fácil y rápidamente porque van apoyándose mutuamente.
Cada vez que un ganso se sale de la formación siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero que va delante. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección.
Cuando un líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Obtenemos mejores resultados si tomamos turnos  hacia los trabajos más difíciles. Los gansos que van detrás graznan (producen el sonido propio de ellos) para alentar  a los que van delante a mantener la velocidad. Una palabra de aliento  produce grandes beneficios.
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo otros dos gansos se salen de la formación y le siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que está nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere y sólo entonces los dos acompañantes vuelven a sus bandadas o se unen a otro grupo. Si nosotros  tuviéramos  la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro  apoyándonos y acompañándonos."

ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA

Todos tenemos cualidades únicas que podemos poner al servicio de los demás. Si aportamos lo mejor de nosotros mismos, podemos conseguir grandes cosas entre todos.

Aceptar a los demás como son, respetando sus diferencias, es el primer paso para lograrlo.


"En una carpintería hubo un día una extraña asamblea: una reunión de todas las herramientas del taller para arreglar sus diferencias. El martillo, una de las herramientas más antiguas y respetadas, ejerció la presidencia, pero enseguida la asamblea le dijo que debía renunciar a ella. "¿Porqué?", dijo  el martillo muy extrañado. "Pues porque haces demasiado ruido y, además, te pasas el día golpeando", le respondieron. El martillo aceptó estos reproches, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo. Alegó que para que fuera útil, tenía que dar muchas vueltas... Frente a esta acusación, el tornillo fue expulsado, pero a la vez pidió que se hiciera lo mismo con el papel de lija. Hizo notar  delante de toda la asamblea que tenía un trato muy áspero y que su carácter siempre rozaba con los demás. Delante  de una evidencia así, el papel de lija  no tuvo más remedio que estar  de acuerdo, siempre que también se expulsara de la asamblea al metro, porque constantemente medía a todo el mundo según su criterio, como si él fuera  el único perfecto.
En este momento entró  el carpintero, se puso el delantal y empezó a trabajar. Cogió un tablero y chapas de dos clases distintas. Usó el metro, el martillo, el tornillo y el papel de lija. Finalmente, aquellas chapas de dos colores diferentes -una de pino, muy clara y otra  de nogal, casi negra- se convirtieron en un precioso tablero de ajedrez, con una superficie fina y suave, como la piel de una doncella.
Cuando la carpintería, al final de la jornada, quedó vacía de nuevo, las herramientas reanudaron la asamblea y continuaron sus deliberaciones. Entonces tomó la palabra el serrucho, y dijo, con tono solemne: "Señoras, señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero, en cambio, el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Y las aprovecha. Esto es lo que nos hace valiosos a todos. Basta ya de pensar en nuestros puntos malos y concentrémonos de una vez por todas en aquello que todos tenemos de bueno". Entonces la asamblea vio que el martillo  era fuerte, que el tornillo unía y prensaba, que el papel de lija era ideal para pulir y eliminar asperezas, y descubrieron que el metro  era preciso y exacto. De repente descubrieron que formaban un equipo capaz, juntos, de hacer cosas de gran calidad. Y se sintieron orgullosos de trabajar juntos y de la fortaleza que esto les daba."